
Hacer arte con objetos de recuperación, es la fórmula mágica de Tadashi Kawamata.
Este artista plástico Japonés encuentra su inspiración en los viejos cartones, en cajas plásticas usadas, en tablas de madera de las obras o en sillas rotas. Cada elemento se vuelve el punto de partida de un apilamiento gigantesco multiplicado al infinito, que termina por convertirse en un montículo sobredimensionado que modifica el entorno urbano o arquitectural.
Muchas veces, sus obras toman vida en medio del espacio donde él las instala (iglesias, plazas principales de una ciudad, zonas de cultivo, antiguos edificios prometidos a la destrucción) y estableciendo pasarelas entre un gran pasado y una decadencia del presente. Cada vez Kawamata hace participar los residentes o los grupos sociales presentes para que su obra sea antes que todo un “work in progress” en adecuación con la comunidad de vida.
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SOLAMENTE CAJAS DE FRUTAS













